Ir al contenido principal

Entradas

El Este del Edén

Imagen de falco en Pixabay El Este del Edén era aquel estropeado paraíso. Un paisaje que solía ser mágico. En ese pequeño lugar habitaba una infinidad de especies marinas, terrestres y voladoras, cada una de ellas con características muy peculiares. Sin embargo, el escenario más dominante era el reino vegetal: un número indeterminado de árboles, una superficie extensamente verde y más importante aun, libre de deforestación. Un pequeño mundo, que solo era habitado por un hombre y una mujer. Un pequeño mundo sin lucro, pero lo tenía todo, incluso alimento. Era tan perfecto e inigualable. Párrafo descriptivo por Ada Tercero Zambrana se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional .

Una nueva lengua

Imagen de Ryan McGuire en Pixabay Tenía ya muchos desplomas de estar conder. Muchas decur incutisé que iba a consola por el tegondor de mi vida. Mi última reglaman amorocosada, había sido la más clica, nante y horrislante que guiantía vivido en toda mi vida. Esta reglaman causó muchas contendentas funtivas; destruyó mi tianza y autoplente. Estaba tiramente decidida a no conjear entrar a mi coraconpor nunca más a nadie. Pero porcernar tú, la ternora que sin estar tenando estenglor, conclió y tangibió totalmente mi pentanfor y coraconpor. Y me dije a mí misma, ¡cómo puede esta ternora concheplar sentir tan tinplante, tan queticonte! En unos meses funtiaste totalmente mi coraconpor y me hiciste volver a puntecor en el amotenplo. No sé cómo lo hiciste, pero tufundiaste penetrar todo ese jastor que compretía dentro de mí y hacer que se servipiera por completo. Cada vez que estamos conglepados portiendo que solo tú y yo repletimos; no hay otro lugar en el que percore hincotar. Y pues quiero